Fotos: Picapino |
Ellos se fueron por la mañana a encargarse de la parte del taller y preparar las cajas forrándolas con un plástico. Y Rosa y yo les esperamos con Nicolás, la recién llegada Berta y Manuela remojándonos en la piscina de plástico multicolor. Y cuando llegaron, plantamos un montón de cosas que estamos ansiosos de que crezcan ya. ¡Vengaaaaaaaa, daos prisa!
Desde luego, ya no llegamos a la operación bikini pero oye, a nadie le amarga comer sano en compañía de los amigos y con productos de nuestra huerta vallecana la más chic del lugar.
Seguro que tendrán mejor sabor que los del super, congelados el año anterior para cubrir toda la temporada, pero ojo! A ver si os confiscan el producto por tener una plantación ilegal de tomateras en casa, puede que haya un máximo de matas legal o algún requisito medico. Con la crisis la cosa esta muy descontrolada je je
ResponderEliminarJajaja, tienes razón. De momento quizás mejor que nos movamos siempre en la clandestinidad culinaria, no vaya a ser que de repente aterricen en helicóptero en la terraza para llevarse el producto.
EliminarUn abrazo.
Pues una idea genial, yo tengo suerte y tengo cerca dos huerteros que nos proveen todo el año, estoy deseando ver y catar los tomates
ResponderEliminarBuen fin de semana
yolanda
¡Qué suerte! Nosotros de momento si tenemos en cuenta el ratio espacio/personas, creo que tendremos que hacer carpacho de tomates cuando podamos recogerlos porque... ¡Pero lo importante es jugar!
EliminarUn abrazo
Qué lindo y emocionante tener una huerta en casa... a mí me encantaría, aunque mi espacio es pequeñísimo!
ResponderEliminarLa verdad es que lo estamos tomando con mucha ilusión. ¡A ver qué tal se nos da la cosecha! Ojalá tuviéramos más espacio pero bueno, como tú dices, al menos tenemos un rinconcito y nos da para investigar.
EliminarUn abrazo.
Qué gustazo tener tu propio huerto en casa, saber lo que comes y verlo crecer! Manuela además lo pasará muy bien!! Buen finde.
ResponderEliminarPues Manuela de momento se ha cargado una berenjena de tanto regarla, jajajaja. Le ha cogido gusto a esto de la agricultura y no hay forma de hacerla entender que no hay que cuidar tanto la cosecha. A ver qué sobrevive a su sobreprotección.
EliminarUn abrazo.
Los niños me los imagino ilusionados mirando cada día como crecen las verduras,luego si los comen o no ya es otro cantar,la cosa es que es una idea magnifica.
ResponderEliminarBesos
De momento la fase que más les ha gustado es la de poner toda la tierra en el cajón. ¡Cómo pusieron todo y cómo se pusieron ellos! Tenemos ganas de que empiecen a crecer para que ellos entiendan qué demonios estamos haciendo sus padres en ese montón de tierra tan apetitoso...
EliminarUn abrazo.
El otro día lo estaba hablando con un compi mio de trabajo que se dedica a hacer huertos urbanos. Me falta una terraza para tener el mio, que envidia!
ResponderEliminarMe invitas a una lechuga en tu casa, please?
Dori