Fotos: Jimena Roquero |
Estos cubos en concreto los hicimos para nuestra casa y no sé, debían tener un magnetismo especial porque les salieron muchos pretendientes. Cuando no los queráis me avisáis, cuando tenga sitio me hago unos iguales, me encanta el color... Así que cuando nos mudamos y ya no teníamos espacio para ellos (a parte de que hay que renovarse o una se dispone a morir) mi hermano se lanzó como un alimoche pasando hambruna sobre ellos. ¡Para mi estudio, para mi estudio! Y allá que se los llevó.
Lo más divertido fue que en el traslado le pararon por la calle para preguntarle que si iba a tirarlos o que de dónde lo había sacado. Y con las fuerzas, o por la falta de ellas que ya le temblaban los bracillos con el peso, no le dio nuestra tarjeta al maravilloso cliente potencial que andaba por la calle y que ahora mismo podría tener unos cubos amarillo mostaza en su salón para acomodar con gusto los pinrelillos y mejorar así notablemente la circulacion de sus piernas cansadas. Así es la vida.
Yo he sido una de esas valientes!! y además el mundo es de los valientes, como díria mi amiga Loli bombón.
ResponderEliminarEa!
Ya sabes que tú tienes reservado el lugar de "musa" en nuestra carpintería.
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