Entre locos anda el juego

El viernes Javi subió una carta que le había llegado al taller y que contenía dentro un sobre que venía a mi nombre. Entonces, lo abrí, me senté y me puse a llorar como una loca, con hipos y todo como en los viejos tiempos. Las lágrimas me corrían  por las mejillas sin poderlas parar (menos mal que no uso rimel) y Javi se asustó un montón porque creía que algo terrible había ocurrido. ¿Qué pasa? ¿Qué te ha dado, alhaja?

Desde que hemos abierto el blog y nuestra casa a la red, hemos "conocido" a un montón de gente estupenda con la que ya nos sentimos comunidad. Hemos tenido muchas alegrías y muchas sorpresas que no nos esperábamos, pero nunca jamás pensé que por esta vía llena de chips y memorias RAM se colaría una historia tan humana como esta. Al final, la vida se hace paso entre los megahercios.

Àngel, creo que no te imaginas la ilusión tan enorme que me hizo recibir tu carta con esta acuarela hecha por tí en base a una foto que colgué hace un montón en este blog. Me quedé pasmada y me llegó directamente a lo más profundo, con lo que tuve que dejar sitio dentro de mi a esta nueva sensación desalojando para ello 150 litros de lágrimas saladas. Llega además en un momento personal y familiar muy especial, en la que esta imagen toma una importancia extraordinaria para nosotros. ¡Qué razón tenía Dolors!

Gracias por haberte atrevido a mandárnosla, de verdad que el detalle me ha llegado al corazón. Y de perturbada a perturbado, si esto es estar mal de la cabeza, ¡que viva la locura! Un abrazo enorme, enorme a los tres.