Mañana no me esperéis despiertos

Foto: mDonada

Acabo de venir de vacaciones y me siento derrotada. Habría pensado que venir de rodillas desde Viena y levantar la maleta con la ropa de los tres de ocho días con una sola mano era una minucia si hubiera sabido el bofetón de realidad que me esperaba cuando me sentara en el ordenador y abriera mis ojos al mundo. Caca, culo, pedo y ríos de pis.

Una mierda. Sí, queridos lectores, paso de mantenerme políticamente correcta y hoy me posiciono en el blog so pena de darle una patada en el culo al márketing empresarial. O mejor dicho, que éste me la de a mi. Es que me da igual. Es que en este país hay mucho hijo de puta, y no me refiero precisamente a los que no te dejan incorporarte a la autopista en los atascos mañaneros. Me refiero a los que lo llevan de oficio y lo hacen con total impunidad, creyendo que somos medio lerdos o lerdos enteros. 

Y lo peor es que por un momento me han derrotado. Por un momento, unos microsegundos, he deseado no saber. Y eso no. Eso sí que no. Menos mal que mi vestido con un estampado de flores horribles me ha traído a la realidad. Y mañana, con él o con lo primero que pille, la Picafamily sale a la calle. Espero veros a muchos de vosotros por ahí. A ver si resulta que la que se jode es la Andreíta y al final, lo único que puede recortar son sus anticuadas mechas. ¡Hortera!