Foto: Picapino |
Subidos a una escalera y con los cubos en el suelo, el muble de Miguel tiene esta pinta. Todavía está pendiente una de las partes más complicadas: el lacado. Esta pátina de pinturita blanca toda bien lisa y perfecta, le terminará de dar un toque especial que hará pasar a este mueble de niño a hombre. Como Cháveli pero en chico.
Bueno, eso y el toque maestro que dará Miguel en el último momento cuando decida en casa dónde quiere los cubos y cuál es la combinación perfecta para que luzca en su salón. Eso sólo puede hacerlo el que vaya a colocar los marcos de las fotos finalmente encima. Nosotros, a mandar.
La semana que viene esto está finiquitado (espero). ¡Bien!
Ole, ole! Venía a felicitaros por este trabajo y el del restaurante, no sé porqué no puedo hacerlo a través de FB...
ResponderEliminarBesos!
¡¡¡Gracias, guapa!!! Pues no sé lo que pasará con facebook... Estas cosas cibernéticas se me escapan. Oye, fui a la inauguración de Black Oveja. ¡Muy chula! Tengo que volver despacio pero los cursos prometen. ¡Qué buena recomendación! Besos
ResponderEliminarPero este mueble ha quedado de cine no? que racha!
ResponderEliminarLa verdad es que está quedando guay. El cliente ha puesto mucho de su parte y creo que el trabajo en equipo se nota. ¡Ya verás cuando esté montado y lacado!
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