Vivo enamorada

Vía Chachiandchachi

Sí, he de reconocer que hace meses que vivo un idilio a espaldas de mi Javi... Increíble pero cierto, así es el amor y así de turbios son sus vericuetos, que le hacen a una ser fuente emanante de deseo y estar llena de pasiones ocultas. Pero no es nada carnal, no os vayáis a creer que a estas alturas de la vida he conseguido ser el pendón que nunca fui y que siempre anhelé ser...  Y además, los que bien me conocen saben que sin mi Picapino yo ya soy la mitad de yo y eso siempre es menos que un yo entero.

Es simplemente que vivo enamorada de toooooodo lo que tienen en una tienda de Zamora que se llama Chachiandchachi y que he descubierto en el Facebook id a saber cómo o a través de quién. Será el destino. Tienen unas lámparas que... y unas mesas que... y unos apliques con hojas doradas que se me aparecen en sueños y me dicen ven para que lo deje todo. Y encima van y hoy Guillermo manda esta foto para que me de un vuelco al corazón. Quizás en ese microespacio que nos sobrra entre ese mueble y ese otro quepa esta preciosidad... (Javi me mira con cara de susto).

Esperaría a la paga de diciembre, pero no tengo. Esperaría a vender acciones de bolsa, pero no tengo. Gastaría ese dinero ahorrado, pero no tengo. Tampoco tengo herencias en mi árbol genealógico. Así que no me queda más remedio que comprarme un pasamontañas, que para eso sí que me da, y marcharme a Zamora a ver qué puedo llevarme en el saco una noche oscura sin que nadie me vea. Pio, pio, que yo no he sido...

Periquita Matamoros, ¿te vienes? Como diría mi amiga La Mansi, no es que lo quiera, es que lo necesito.