Foto: Jimena Roquero |
Foto: Jimena Roquero |
Eso sí, después de un tiempo de observación he descubierto una particularidad de este mueble que lo hace mágico. Resulta que las baldas más altas, justo a las que no alcanza sola, tienen la capacidad de transformar cualquier juguete al que nuestra hija no le hace ningún caso desde hace siglos en la novedad del momento. Es colocarlo ahí arriba y enseguida se convierte en la cosa más preciada por ella. Es que es verlo en las alturas y le entra una necesidad imperiosa de jugar con el objeto en cuestión por un tiempo estándar que no supera los dos milisegundos. Tiempo que se acorta aún más, si cabe, si colocas en el espacio libre otro objeto absurdo que hasta hace poco no sabía ni que tenía.
En fin, cosas del directo y que solo superan el amor de una madre y un padre.
Ha quedado una preciosidad de estantería, por cierto el papel es monísimo! Ya os imagino subiendo y bajando juguetes de las alturas...jeje, recuerdo haberlo vivido no hace mucho! Besotes.
ResponderEliminarnada mal??? esta precioso, el mueble,,el papel..Todo!!!
ResponderEliminarmua
Gorgeous!
ResponderEliminar